martes, 5 de abril de 2011

RENACIENDO

Montados en el arco iris llegaron los niños… que no eran tales.

Eran ángeles que dejaron sus alas colgadas,

en el perchero de siete colores,

total, acá no las van a necesitar.

Por un tiempo tendrán que dejar de volar,

se limitarán a caminar y caminar,

por este pequeño mundo de ilusiones,

tratando de imitar a los que vinieron antes.

Ojalá que no lo logren;

que sean auténticos, no una triste copia,

de este remedo de ángeles en que nos quedamos;

por haber olvidado la maravillosa sensación

de andar montados en el arco iris.

Ojalá que se las arreglen,

para inventarse nuevas alas;

y así puedan volar o caminar según se les antoje;

y se puedan ocultar entre las nubes o las flores,

cuando tengan que despistar a algunos de esos…

que se empeñan en cortar alas e ilusiones.




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